En el finde largo del 17 de agosto nos fuimos a Tandil con mis grandes amigos: Rita, Ale, Naty, Angel y Dany. El destino fue una cabaña genial en el Cerro El Centinela, con una vista espectacular.
Como en todos nuestros viajes, hubo largas charlas en la galerìa, acompañadas de laaaargos tintos.
La ciudad es inmensa y hermosa, con variados lugares para visitar y disfrutar, y como en todo el interior, uno se llena de paz, èsa que tanto falta en esta Buenos Aires que agobia, aunque amo.
Les dejo algunas imàgenes para compartir momentos hermosos.
