Hace unos años que mi hermano Daniel y su familia dejaron Vicente Lòpez por cuestiones laborales y se establecieron en San Nicolàs. Lo que en principio fue complicado por el desarraigo, hoy es un placer para todos. Un lugar tranquilo, donde podès andar en bici a cualquier hora y disfrutar de unos mates en el arroyo en cualquier momento.
A veces un paso impulsado nos lleva a estar mucho mejor de lo que creìamos.
